Pasaje sangra...

Suenan y suenan las armas,
Calibradas en disparos fríos.
La niebla cae junto a los cuerpos,
Desteñidos en el tiempo.
Imágenes eternas del soldado empedernido,
La calle es polvo y la muralla frontera.

Golpes en la sien, boca y manos…
Será que el sol no existe,
O tan solo es un momento preso de la noche,
Un largo momento en blanco y negro.

El adiós pensado bajo la cama,
El adiós dominado por los cuervos,
El adiós agónico de la madre,
Sin palabras, sonidos y pasos.

La calle queda vacía.

Pasaje sangra, 1939.



Rito de Ñuakutran

Animal meditabundo,
La lluvia atrae sus ojos.
Otoño siniestro,
Despierta luego de la epifanía,
Vida a su locura terrenal,
De raíz frente al fuego azul.

Animal charlatán,
Danzante a la verdad...
¡O lo que se llame verdad!
Siente terror al cinismo,
Del rey dueño de vidas,
Motín al rey… carnaval de risas,
Locura, escrita en otoño sinistro.

Bailar, cantar, escribir y motín,
Noche, atracción imaginativa,
Festival Ñuacutran,
Color alucinógeno,
Espectro en sentidos al cielo,
Cae la luna, las estrellas y los astros,
Música final, rey muerto y animal satisfecho.
Y Frente al ritual... el sol.


Composición de lana

Cayendo el sol,
Como la nota más remota,
Me voy enredando en su cuello...
Madera, piel de mi instrumento.
Voy afinando mis sueños,
Mientras miro a mi amada.

Vino, cigarrillos y frío,
¿Que más puedo pedir en mi composición?
Quizás... Si tan solo viera el fuego.
Terminaría extasiado por su figura,
Flamante y bailarín por mis notas.

Mi mayor, La mayor y locura,
Incontrolable a tus ojos mí amada…
Y al sonido de los cantos místicos,
De los músicos del banquete.
El Fuego hace su aparición...
Viene y va, viene y va.

Sin dejar dormir a los invitados…
Siguen y siguen los cantores,
Notas del mar, tierra y arboleda,
Caminos de melodías…
Composiciones de lana.